Algunos diputados del Congreso de Estados Unidos han modificado su biografía en Wikipedia. Han eliminado lo que les perjudicaba y han añadido puntos favorables a su imagen. La red, y las herramientas colaborativas, tienen una transparencia que supera ciertos códigos éticos.

La noticia de la variación de contenidos en las biografias de congresistas norteamericanos en Wikipedia , realizada por sus oficinas de prensa, no me pareció un escándalo en sí mismo. Es decir, en Wikipedia uno puede añadir lo que quiera, y más aún en unos momentos como los actuales en los que el tema de la libertad de expresión está a flor de piel.

Lo que ocurre es que hay un pacto tácito entre usuarias y usuarios sobre ciertas prácticas y, en última instáncia, la mayoría acceptaría alguna intervención si alguien se sale mucho de la raya.

Es decir, si yo me voy a Wikipedia y en el término ‘Adolf Hitler’ le añado, ‘En el fondo, Hitler fue un grandísimo hijo de puta’, o si me voy a la entrada ‘Martin L. King’ y añado ‘En el fondo, Luther King fue un negro cabrón que le daba bién a la cámara’, el resto de miembros del Wiki aceptarán que los gestores eliminen dichas frases.

Lo que ya no aceptarían es que yo mismo me fuese a la entrada de Hitler y eliminase la frase que dice ‘continuó la persecución de los judíos, promulgando leyes contra ellos y un ataque directo en la «Noche de los cristales rotos»’ . Y aún menos que yo pusiese ‘la persecución de los judíos fue una arma utilizada por los mismos sionistas, quienes instigaron leyes contra ellos y un ataque directo en la «Noche de los cristales rotos»’, a menos que no tuviese pruebas públicas y publicadass online como fundamento de mi añadido.

Por lo tanto, la transparencia de la red generada por herramientas colaborativas  -como los Wikis- y participativas  -como los weblogs-  debe basarse en el respeto y el ‘no insulto’ dentro de los contenidos, en la no alteración arbitraria de dichos contenidos como medio para fines en beneficio propio y, sobretodo, en tener funetes contrastadas cuando se expongan opiniones o informaciones que se salen de los puntos de vista mayoritariamente aceptados.

Y, todo esto, ¿qué tiene que ver con la administración digital? Mucho. ¿Alguien se ha preguntado por qué cuesta tanto que existan herramientas realmente   -y remarco el ‘realmente’-  participativas en las páginas web de los organismos públicos?

¿Y el tema de los blogs de políticos? Yo estuve detrás de uno durante un tiempo, durante una campaña electoral. Nunca eliminamos ningún comentario de los militantes de la comnpetencia para machacar al candidato, sino que los respondimos para contrarestarlos. Pero, si hubiese sido un candidato para la Generalitat catalana o para el Gobierno español, ¿nos habría dejado mantener los comentarios?

La transparencia en la red se debe afrontar con responsabilidad y ética, y también estar abierto a aceptar tanto las verdes como las maduras.