(Entre lo sentido y lo escuchado bajo la emisión de Bremen Part II: Keith Jarrett, Solos in Bremen&Lausanne Concerts)
Va caminando solo, sin la capacidad de desarrollar cualquier elemento propio en su quehacer. ¿Alguien le podríá decir quien se pone a su lado cuando le elaboran mantos intelectuales? Nadie
(El pianista zapatea el piano con golpes duros pero calculados, manteniendo acordes, en la mayor, siempre en la mayor pero con toques menores. Golpes, golpes…ahora suaviza)
El caminante para su ritmo un momento pero vuelve a trotar sin mirar a sus costados. Recto, siempre recto. Amanece la luz del Sol, y él camina pausadamente. Le viene a la memoria la alegría que sintió en ese momento dulce de su vida. ¿Cual era el momento? Lo recuerda vagamente, pero le crea satisfacciones nunca antes experimentadas.
(El pianista vuelve a zapatear las teclas. Parece que repite en momentos puntuales. Sigue el tono mayor, y ahora sin menores de por medio. Acordes lineales pero claros y concisos. Reduce el volumen. Pausa, para rellenar el silencio necesario antes de empezar otra sección de la pieza. Jarret lo hace mucho, producto de la canalización que ejerce con aquél ser divino que le guia en sus interpretaciones. Jarret está extremadamente conectado con otra dimensión. Él es el canal de algo superior que le dicta las piezas sin que él pierda ni una nota de las transmitidas. Pero cuando el emisor se lo piensa, Jarrett le espera con esos momentos de transición. Sigue la pausa, con repetición de acordes. Muy Jarrett, esto, muy Jarrett)
El caminante se para. Alguna duda le ha llegado, no tiene claro qué le ocurre.
(El pianista pasa a menor. Algo ha ocurrido. Es como un menor que posiblemente pasará a mayor otra vez. No está claro, pero posiblemente así será. Jarrett mantiene la duda para el oyente. Ralentiza el ritmo, da indicios de pasar a la mayor, pero finalmente se tira para atrás. Empieza otro clásico en su repertorio: la repetición de acordes largos y elaborados en menor, tanto en los bajos como en los agudos, con pequeñas variaciones en los agudos).
Al caminante le asaltan las dudas. El gris aparece. ¿Por qué le ocurrió eso esa vez? ¿Alguien le había enseñado cómo superar las contradicciones del observatiorio lineal de su vida? Como siempre, nadie. Se lo trabajó y pudo con ello, pero siempre sin las capacidades elaboradas de mantener sus exabruptos controlados.
(Aparece el gran pianista. Está recibiendo otra vez el mensaje de la otra dimenisión y empieza a ejecutarlo con las teclas. Sube el tono pero mantiene el mismo acorde…Aaaahhhhh, definitivamente recibió el mensaje y ya lo descodifica!!!! Aumenta la rapidez y le da a la mayor sin tregua, con una pequeña pausa, pero sin tregua).
El caminante sabe cómo superarlo. Simplemente, escuchando lo que le dicen esas voces tan superfluas en el contenido pero indicativas en el significante. Que nadie se alarme!, le dice al aire. ¿Al aire? Pero si todos están allí! Su abuelo, su otro abuelo, todos los hombres de la familia, su padre -el manto protector- y el pequeño. Las mujeres corretean por sus alrededores, con la madre de todas las madres al lado de la esposa de todas las esposas, la primera observando y la segunda abrieno la sonrisa eterna que siempre le acompaña. Dos mujercitas sentadas y, cómo no, las abuelas, siempre las abuelas y su experimentada voz. El caminante se para para no volver a andar, de momento.
(El pianista ha perdido el ritmo para ir a otra transición. Esos son los puntos negros de Jarrett, las transiciones largas. Posiblemente es porque no sabe qué hacer cuando pierde el canal. Al ocurrirle abandona intensidad y genera la sensación de estar perdido. Es entonces cuando el caminante también se pierde y apaga el reproductor, cual lector que abandona un libro siguiendo las recomendaciones de Umberto Eco cuando a alguien no le gusta una lectura)
P.D.: Nunca antes había hecho pública esta experiencia. Me apetecía hacerlo. Sé que a algunos les parecerá raro, o incomprensible, porque me llega de lo muy hondo. Espero que a los que les gusta Jarrett cuando interpreta sólos me entiendan. Y si no, no pasa nada. Yo me he divertido ;-).