19 Nov 2005 | 11:58 am | Autor: Roc Fages
Gracias Rafael por habernos informado hoy de la aparición del segundo informe del IDABC sobre el estado actual del eGovernment en los países miembro de la UE. Lo he leído por encima. En el caso de España, y posiblemente del resto de estados, creo que se deberían tener en cuenta los proyectos autonómicos y, por qué no, de las grandes ciudades, para tener indicadores reales sobre el desarrollo del eGobierno.
Esta es posiblemente una de las reclamaciones que se debería ahcer desde organismos que analizan el tema a nivel europeo -como el EIPA– y a nivel estatal y autonómico -como los centros de estudios europeos de las universidades.
En España se hace más sobre eGovernment que lo que se hace desde la administración central. En Andalucía, en Valencia, en el País Vasco, en Madrid o en Catalunya, además de otras comunidades, hay proyectos y estrategias muy interesantes que posiblemente harían aumentar la calidad de los indicadores en España.
Claro está que, si se hiciese lo mismo en el resto de países europeos, posiblemente sus indicadores también aumentarían…o no. A lo mejor nos sorprenderíamos y España superaría a estados que actualmente están muy por encima.
Soy muy escéptico con estos rankings del e-Government. Me parece muy dificil establecer este tipo de comparaciones.
Hace unos años le oí contar a Andrea di Maio (Director de Investigación de Gartner Group) la siguiente anécdota:
El leyó en uno de estos rankings que la digitalización de los tributos iba mejor en España y en Italia que en los países nórdicos. La noticia le sorprendió. Rascando un poco, comprobó cual era la realidad del pago de impuestos por internet en Italia.
Cuando él, que es italiano, intentó pagar por internet el impuesto sobre la renta, se encontró con el mismo impreso complicado que se rellena en papel y que hace que mucha gente acuda a asesores fiscales para poder hacer la declaración.
Los domingos, día en que él intentó hacer la declaración, no había servicio telefónico de atención a los usuarios, ya que ese servicio sólo funcionaba durante el horario de trabajo.
Para completar el contraste se enteró de como era ese servicio en Suecia. Allí los contribuyentes recibían por correo postal la declaración cumplimentada y, si era correcta, la devolvían firmada por el mismo medio.
La conclusión era que la mayor digitalización de un servicio no implica necesariamente que el servicio sea mejor. Y supongo que se trata de tener servicios de calidad, antes que servicios digitales o telemáticos.
Pues eso, que me deja un poco frío lo de los rankings del e-Government. A ver cuando hacen un ranking de la calidad de servicio de las Administraciones.
Otro día os cuento lo que me parece que hay detrás de toda esta movida del e-Government y de este fervor clasificatorio de los países en función de su desarrollo de la Administración digital.