Sobre Francia: aún estamos a tiempo

8 Nov 2005 | 10:31 am | Autor: Roc Fages

Filed under: e-Government

En España aún estamos a tiempo de aprender de los errores de los modelos de asimilación de immigrantes que ha fracasado en Francia. En ése país tienen experiencia desde los años sesenta. En España, la immigración del norte de África, subsahariana y latinoamericana se ha intensificado en el último decenio.

Muchos contertulianos y articulistas lo han afirmado: los modelos de asimilación  – me gusta más que integración- de la immigración han fallado en Francia, Inglaterra u Holanda, países que lo viven desde que, a partir de los años 60 del siglo XX, dieron a los ciudadanos de sus Colonias los mismos derechos que los de las metrópolis después de la independencia de aquellas.

 

En España la llegada de magrebíes y subsaharianos se ha intensificado en la última década. Como es algo relativamente nuevo, se puede aprender de los errores de los otros países, como por ejemplo el evitar la ‘guetización’.

También es cierto que España, al ser un país descentralizado y con distintas personalidades culturales  -nacionalidades? identidades nacionales? comunidades culturales? comunidades autónomas? territorios históricos?…- , sabe asimilar mejor, creo, la diversidad cultural que en Francia  -ya se han encargado los franceses desde Napoleón a cargarse cualquier cosa que no fuese la ‘francesidad jacobina’, como a los bretones, occitanos, …

Por lo tanto, tenemos tiempo para reaccionar. pero se debe reaccionar.

El otro día, en un centro comercial de una capital de comarca catalana, dos personas empezaron a jalear al unisono contra una mujer magrebí que pagó su compra casi totalmente con unos tickets que le da, creo, la administración local -o a lo mejor la autonómica, o a lo mejor una asociación de ayuda a la immigración, no lo sé.

El caso es que esas dos personas, que llegaron a esa capital comarcal catalana en los años sesenta con la immigración andaluza, se quejaban de que la mujer magrebí tenía ayudas de forma más fácil que ellas ahora y, no digamos ya, decían, que cuando llegaron en los 60. Entonces, decían también, ‘nosotros nos lo tuvimos que currar todo’  -cierto, cierto, pero llegaron en un momento, la dictadura, en el que la sensibilidad social ante la immigración no era la misma que ahora.

Yo sólo puedo decir a esas dos personas que les puedo comprender su reacción en caliente, pero que deben saber que las personas que vienen de esos países tienen aquí unas condiciones de vida que ellas, las dos personas, nunca hubiesen querido compartir.

De todos modos, como dice mi padre, ‘si un no vol, dos no es barallen’  -‘si uno no quiere, dos no se pelean’. Por lo tanto, algún esfuerzo de ayudar a la asimilación tiene que venir de las personas que llegan a un país nuevo. O, mejor aún, los líderes de opinión de esos nuevos grupos que llegan a nuestro país deben ayudar a que su gente acepte algunas reglas de jeugo en su nueva sociedad.

Yo, si voy a vivir a Alemania, tendré que empezar a acostumbrarme a  cenar a las 18h. Porque, si no lo hago, y ceno a las 21h como ahora, cunado termine no podré salir a tomar algo con los nuevos amigos alemanes, porque todos estarán durmiendo.

Por cierto, pronto publicaré un post en Infonomia trasladando este tema al desarrollo del eGovernment. Suena raro, pero veréis que tiene sentido.

 

P.D.: Hace unos años, un amigo mío de Berkeley, ciudad con una UNiversidad progresista donde no las haya en Estados Unidos, me comentaba que los habitantes ‘veteranos’ de Berkeley estaban un poco hartos de las cuotas sociales para entrar a la universidad  -cuotas para vietnamitas, para afroamericanos, para latinos,…- porque, esas cuotas acababan por coopar un gran número de plazas, con lo que dejaba poco margen a otros estudiantes que no formaban parte de esas cuotas. La cosas, si se hacen moderadamente, siempre son mejores que si se extreman.

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