23 Oct 2006 | 2:26 pm | Autor: Roc Fages
El otro día tuve la oportunidad de dar una clase, junto con Carlos Guadián, sobre blogs y eGobierno en un seminario internacional desarrollado en la Universitat Pompeu Fabra por nuestros colegas Miquel Salvador i David Sancho.
Fue muy interesante ver cómo algunos de los presentes -había gente de administraciones, de empresas consultoras y de ongs de países latinoamericanos, Ásia, África y Europa- estaban realmente ‘preocupados’ de las posibilidades que ofrecen los blogs para los trabajadores públicos y los cargos políticos.
Concretamente, un par de los asistentes -uno, creo, era de un país del este y otro era de un país de la zona asiática de la Índia, aunque no indagué si era hindú- preguntaron si había alguna forma de controlar los contenidos de los blogs personales de los trabajadores públicos, ya que , decían, hay leyes que obligan a guardar el secreto sobre ciertas informaciones comprometidas. Para detallar más, el del este dijo: ‘Pero, de los ejemplos que ponéis vosotros -hablábamos del blog de Rafael Chamorro y de Iñaki Ortíz/Alorza, entre otros- , lo autores hablan y critican públicamente decisiones gubernamentales antes de que se presenten en público?’.
La respuesta fue, evidentemente, que no, que los autores son lo suficientemente inteligentes para hablar de lo que saben que pueden hablar y de lo que deben hablar. Y que si alguna vez dan informaciones que se salen de la Ley o de su contrato con la administración, pues que ya actuarán los tribunales.
Y es aquí dónde yo deduje que en ciertos países recientemente democráticos, como los del antiguo bloque soviético, los trabajadores públicos tienen harto complicado el desarrollar blogs de eGobierno o eAdministración. Porque, si no, ¿a qué venía esa pregunta que he comentado?
Antes del verano estuve también con unos funcionarios y funcionarias de dos importantes ciudades rusas que estuvieron en un seminario de eGobierno en Barcelona. Lo comenté aquí. Cuando visitaron el proyecto AOCAT y se les dijo que el objetivo era llegar a un intercambio óptimo de datos entre administraciones para agilizar los trámites online, se pusieron las manos a la cabeza. No entendían que alguna administración estuviese dispuesta a dar datos, y menos para beneficiar a la ciudadanía.
O sea, que en otros países la cosa está aún peor. Algo consuela.
Efectivamente, tratamos de hablar de lo que podemos y de no sacar a la luz informaciones que hemos obtenido cuando tenemos puesta la gorra de funcionario. El blog es algo que escribimos en nuestras casas, quitándole tiempo a la televisión.
Los que tienen obsesión por el control, temen a los blogs. Deberían pensar que un blog no es diferente, en ese aspecto, del correo electrónico o el teléfono. ¿Es posible controlar lo que emite cada una de las personas de una organización?
Acertado comentario, Alorza. Tristemente, sí que se puede controlar lo que emite cada persona desde una organización…pero entonces entraríamos en el debate sobre el control en las organizaciones y su ‘choque’ con el derecho a la privacidad, entre otros.
Necesitamos administraciones abiertas, transparentes, participativas, que se sientan cómodas practicando la libertad y que tengan confianza en el funcionariado y en la ciudadanía. El futuro no pasa por el modelo KGB.
Nosotros no criticamos “públicamente decisiones gubernamentales antes de que se presenten en público” y nos lo pensamos mucho antes de hacerlo después de haberse presentado. Es una cuestión de prudencia, de responsabilidad y de profesionalidad, más que de inteligencia.
Creo que las prevenciones que mostraban esos trabajadores públicos de paises del este a la hora de publicar un blog pueden plantearselas también muchos funcionarios de nuestras administraciones públicas. Opinar en público es comprometido y siempre puede haber alguién al que no le guste lo que dices y, claro, según quién sea ese alguien puedes tener problemas. Vamos a tocar madera.
Por cierto, gracias por usarnos de referencia. A ver si nos hacemos famosos y podemos retirarnos.
Ser un o una profesional de la Administración pública implica aceptar una serie de responsabilidades derivadas de dicha condición y que no debemos olvidar, entre ellas está la “lealtad”, el deber de confidencialidad de los temas que manejan, el respeto al resto de profesionales… Pero a veces se necesita informar a la ciudadanía en general y a los empleados públicos en particular de determinadas situaciones irregulares que no se pueden dar a conocer o denunciar por los medios reglamentarios, al no cumplir los requisitos exigidos para ello. Creo que los blogs están realizando esta labor.
Alorza como el telefono no es, pero si es cierto que, en general, los blog, no son demasiado críticos. La informacion confidencial hay que guardarla como tal, las situaciones irregulares graves deberían ser denunciadas y la mayoria de las situaciones que son de dudosa etica nos las callamos.
Lo que sucede en estos paises y tambien aqui es que la administracion todavia esta en el jurásico en cuanto a: 1.- la participación del empleado o lo haces o te meto un expediente (todavia impera el ordeno y mando del jefe tiene siempre razon . frase que define a quine la dice). 2.- la motiviacion en el trabajo “pues esto es por c” 3.- la profesionalidad “si quieres subir lo mejor es no tener problemas ni darlos = no hacer nada” y 4 asumir que el servicio, el dato y el dinero son del ciudadano. Por algo en inglés se llama “Civil servant “. Prohibir es una tentación y es que el poder que da que nunca te pidan cuentas es mucho poder. Pocos paises evalúan a sus políticos o a su administraión.